Los EMOS, la gran preocupación de la sociedad, se autoflagelan para mostrar su dolor, tienden a victimizarse y rechazan a sus familiares y pares.
Debido a sus estrafalarios peinados y su andar afeminado, los Emos son comparados con los metrosexuales. En general, son muy delgados y se dejan el pelo largo, ocultando sus rostros. “Usamos los cabellos en el ojo para mostrar que una parte de la sociedad nos da vergüenza. No queremos que esa parte que no nos gusta nos vea”, afirmó Matías, integrante de dicha tribu.
Existen Emos que se cortan la piel como sinónimo de descontento con el mundo que los rodea y fantasean con el suicidio. Usan pearcings, tatuajes y, a diferencia de los góticos, suelen romper con la monotonía de la ropa oscura a través de alguna prenda o accesorio flúor.
La mayoría de los Emos admiten que se llevan muy mal con sus padres y casi no tienen diálogo con ellos. Se definen como personas sensibles, y el mundo que los rodea no los comprende, por eso tienden a victimizarse.
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